Mapas conceptuales: ¿qué son y cómo elaborarlos?
Una técnica de aprendizaje muy utilizada por los estudiantes es la elaboración de mapas conceptuales para organizar la información pues estas herramientas representan un medio para visualizar conceptos y establecer relaciones jerárquicas entre ellos.
¿Qué son?
Los mapas conceptuales son un conjunto de diagramas que reflejan la organización conceptual de una disciplina. Sirven como una estrategia para promover el aprendizaje y como un recurso para representar esquemáticamente un grupo de significados.
¿Qué beneficios tienen?
Estas herramientas gráficas permiten asimilar mejor los contenidos sobre un determinado tema porque son una manera de resumir la información presentada. Además, brindan una visión global del tema y los puntos que este abarca durante su desarrollo.
¿Cuáles son sus elementos?
Un mapa conceptual está conformado por:
Concepto. Palabra que se emplea para designar cierta imagen de un objeto o acontecimiento que se produce en la mente de un individuo. Pueden ser concretos (por ejemplo, casa) y abstractos (por ejemplo, paz).
Conectores. Términos que permiten relacionar a los conceptos para construir frases y oraciones con sentido lógico. Aquí se encuentran las preposiciones, los adverbios, las conjunciones.
Proposiciones. Enunciados coherentes formados por dos conceptos o más. Por lo general, logran unirse gracias a los conectores y así convertirse en oraciones compuestas.
Líneas de enlace. Elementos que ayudan a unir los conceptos y permiten que exista un adecuado flujo de información. Permiten identificar la secuencia de ideas.
¿Cómo se elaboran?
Para crear un mapa conceptual ten en cuenta los siguientes pasos:
- Define la idea o el tema del cual realizarás el gráfico.
- Identifica los conceptos claves y las ideas centrales de todo el contenido.
- Escoge los hechos, ideas o términos que se relacionan con los conceptos.
- Ordena los conceptos por nivel de importancia, del más general al más específico u otras formas de jerarquizar que creas pertinente.
- Encasilla los conceptos en óvalos, recuadros u otras formas geométricas que permitan su visualización.
- Interconecta los conceptos mediante enlaces como flechas, líneas o palabras que permitan unirlos.
- Revisa el mapa y comprueba que las relaciones establecidas tengan sentido o si algunos conceptos están de más.